El salto de la pasiega.

"Las seis de la mañana serían cuando el vapor Santander-Bilbao que hace su carrera periódica entre dichos puntos... más ya cercano al sitio llamado Arenal de Noja, tropezó el vapor en una peña tan fuertemente, que el buque hizo agua por la cámara de popa, introduciendo como es de inferir la confusión y el desorden entre cuantos iban a bordo. De su precipitación provienen, según se cuenta, las desgracias sucedidas, porque habiendo botado unos cuantos individuos al mar una lancha, y hallándose ya dentro de ella, saltó una pasiega que llevaba, según costumbre del país, un niño en su cuévano, y al fijar los pies en su caída en el carey del bote, hizo a éste volcar, sumergiendo con él a cuantos habían saltado..."

(Agosto de 1858)