domingo, 20 de marzo de 2011

ALHAJAS CON DIENTES.


"En Castañeda (Santander) había una mujer piadosa a quien los demonios y las brujas visitaban cuando estaba en la cama, mordiéndola de un modo terrible.
Como en la capital hay una saludadora que no tiene precio para extraer brujas, duendes y todo lo concerniente al ramo, la pobre señora comisionó a un individuo para que le pidiese una receta contra sus infernales perseguidores.

Fue tan amable la iluminada que por míseras tres pesetas dio la medicina, consistente en una bolsita, dentro de la cual iban una sopa de pan, una cabeza de ajos y una piedra de sal común, para que la interesada se la pusiera al cuello.
La señora lo hizo, y como si se hubiera puesto una gaita gallega; hasta que una noche, desesperada, encendió la luz y vio que los atormentadores eran curas de alcoba, esto es, chinches.

Si hubiera vivido en aquellos tiempos en que la fé cometía horrores, la hubieran achicharrado antes de enterarse de que la causa de sus desvelos eran aquellos feroces animalitos".

Diario de 1887.